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5,93 €Juan Gil-Albert regresó a España tras el exilio forzoso, en 1947, permaneciendo hasta hace tres años cuando su obra empezó finalmente a publicarse y leerse en todo el paÃs en ese otro exilio, no menos penoso, que el de sentirse extraño en su propia tierra. Desde aquel silencio pudo observar y vivir con apasionada, si bien contenida indignación, dÃa a dÃa, la experiencia del perÃodo más lúgubre del franquismo hasta la celebración de sus 25 años de paz en 1964, año en que Juan Gil-Albert decide escribir Drama patrio, destinado, no obstante, en áquellos y otros muchos años todavÃa, a sumirse en el fondo de un cajón. Hoy sale finalmente a la luz, ya no como un grito en medio de la oscuridad sino como un testimonio implacable y un lúcida reflexión. No es éste un informe imparcial sobre España sobre su guerra civil , tampoco parcial. (. . . ) yo he pretendido presentar la verdad, vivida en su existencia pasional. No es una interpretación personal, es más que eso, me expresa a mÃ, naturalmente, pero en cuanto coincido con el hombre de la calle (. . . ), la opinión. (. . . ) El tono que he querido darle, el que se me ha impuesto, es en cierto modo, panfletario. (. . . ) Es decir, lo que he querido rescatar del panfleto es su clima , su decisión, su eficacia. DifÃcilmente un autor podrÃa definir su propia obra con mayor precisión y acierto.