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20,43 €El desarrollo de la industria petrolera en España, a partir de 1900, revela una trayectoria apasionante, inseparable de los cambios polÃticos, económicos y sociales que atravesó el paÃs. A pesar de no contar con reservas petrolÃferas y de un consumo secundario, las primeras iniciativas surgieron en España coincidiendo con el despegue económico del paÃs y con la preeminencia del petróleo como recurso energético mundial. Por un lado, de la mano del sector privado, con la entrada de multinacionales como la filial Vacuum Oil y la Royal Dutch-Shell, a través de la Sociedad PetrolÃfera Española, o en colaboración con las españolas Compraflet, Babel y Nervión; y por otro, de las iniciativas nacionales, guiadas por los empresarios Juan March, Horacio Echevarrieta y Demetrio Carceller, figuras tan señeras como controvertidas. Los tres cobrarán relevancia a partir de 1927, cuando el ministro de Hacienda José Calvo Sotelo fijó para la industria petrolera un monopolio fiscal por el cual el Estado se aseguraba el abastecimiento mediante el control total o parcial del sector. Se creó asà el Monopolio de Petróleos, que limitó a una única compañÃa, CAMPSA, su distribución e importación, con la excepción de CEPSA, en Canarias. Su larguÃsima existencia se prolongó hasta su completa desaparición en 1997, a causa de las exigencias para la entrada en España en la Comunidad Económica Europea, y de sus cenizas surgirá REPSOL, una empresa moderna y competitiva. Esta es la historia que narra este libro, la de las relaciones entre energÃa y polÃtica, incluyendo la industria petroquÃmica y gasÃstica, a través de sus protagonistas.